Tratamientos personalizados para corregir el estrabismo y recuperar la alineación ocular y la visión binocular adecuada.

El estrabismo es una alteración en que se pierde el paralelismo de los ojos. Estos adoptan una posición distinta a la que se requiere para una visión binocular normal. La desviación puede ocurrir en cualquier dirección: horizontalmente hacia adentro (estrabismo convergente, “niño bizco”), o hacia fuera (estrabismo divergente), o verticalmente (estrabismo vertical, un ojo desplazado hacia arriba o hacia abajo), o combinacionesde estos tipos.
Normalmente la desviación es evidente, pero hay casos donde la desviación es muy pequeña y no se aprecia. Este tipo de estrabismo puede pasar desapercibido, incluso por los padres quienes comúnmente no lo captan.
El estrabismo no solo afecta la apariencia, sino también la visión binocular y la percepción de profundidad. Si no se trata a tiempo, puede provocar ambliopía (ojo vago) y pérdida parcial de la visión. Además, en adultos, puede generar problemas de coordinación visual y dolores de cabeza.
La cirugía de estrabismo se realiza sobre los músculos extraoculares, que son los encargados de los movimientos del globo ocular. Mediante su contracción permiten que el ojo pueda “rotar” sobre los 3 ejes del espacio. Los músculos actúan como “parejas” o “riendas”, de manera que cuando uno se contrae, el antagonista o contrario se relaja, para permitir el movimiento.
En el caso de los niños, cuando la desviación persiste a pesar de la corrección óptica (gafas o lentes de contacto) y del tratamiento del ojo vago y su magnitud es importante, está indicado proceder a tratamiento quirúrgico, para evitar la ambliopía y restaurar en lo posible la visión binocular.
En la edad adulta, estaría indicado operar los estrabismos que provocan diplopia o visión doble, tortícolis, fatiga visual y defecto cosmético y/o impacto psicológico en la calidad de vida del paciente.
Es importante recalcar, que cuando el estrabismo aparece de manera aguda en el adulto, resulta imprescindible realizar un estudio completo del paciente para descartar cualquier patología de base (neurológica, traumatismos, tumores…) antes de decidir tratamiento quirúrgico.
En el caso de desviaciones de pequeña magnitud existen otras opciones terapéuticas como la toxina botulínica, los ejercicios de rehabilitación visual y los prismas.